Continuas reflexiones ahogan mi mente.
Recuerdos, de aquellos girasoles amarillos, pobladores del sur
que con tanta fuerza alimentaron mi corazón,
son hoy en día el alma de mi preocupación.
En las altas y bellas montañas del norte,
trato de encontrar la solución.
Sueño con llegar al cielo azul,
soberano sobre todas ellas.
Montañas húmedas, frías, oscuras,
donde la espesa niebla que las domina no deja ver su final,
como si de la vida misma se tratase.
Mientras tanto, el planeta no duerme,
girando sin descanso un día tras otro,
el inagotable viaje del tiempo que nunca termina.
El viaje hacia a lo desconocido,
hacía un mundo oculto,
de sensaciones,
de momentos,
de sentimientos,
Que solo uno puede decidirse a llevar...
I. A.

Jugando incluso con el formato de texto eh...
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