[A veces, la poesía necesita ser leída a fuego lento,
este es el caso de una de ellas, espero que os guste.]
No son cortos mis pasos,
cuando tras horas pegajosos,
juntamos nuestros rostros hermosos,
quedando retratados como osos.
que fieros y susurrosos,
combaten como bestias sobre campos pedregosos.
por otros,
nosotros,
somos,
te como.
Te devoro, respiro y muerdo,
hasta convertirme en el más loco de los cuerdos,
y de repente ya no me acuerdo,
un fallo en mi memoria,
que borra la victoria,
para transformarla en nota,
notoria.
Mordemos como podemos,
e incapaces no los vemos,
somos ciegos,
como los jóvenes,
como trenes, veloces.
que como proyectiles nos atraviesan,
a base de voces,
sin realizar trayecto de vuelta.
I. A.

No hay comentarios:
Publicar un comentario