martes, 19 de noviembre de 2019

Cuestión de Lenguas





Amar no es cuestión de lenguas,
pues da igual en español
que lo mismo en inglés,
ya que al final del día
todas pierden su interés.

Porque es inútil creer
que por dominar y superar
la bomba de expansión masiva
que era España,
controlarías a su
"alter ego" londinés.

Pues al final,
ambas lenguas eran iguales,
y aunque tus ojos se negasen,
esta no iba a ser tu última vez
ya que con tan solo abrir la boca
supe que volvería a caer,
fruto de la insensatez. 

Pareciendo mentira, 
segundas comedias del destino 
no importó lo feo o agrio 
que pareciese de primeras 
el desconocido clima inglés,
pues bajo ese cielo nublado,
al final descubrí rayos de luz,
que me dieron el calor ausente
durante los años pasados de lluvia.

Con el paso de los meses,
de los días, del siguiente y del otro,
me día cuenta poco a poco
que prefería tomar el té a las cinco,
que una cerveza a las ocho, 
pues aunque mi fuego se
hubiese quedado con España,
lo estaba avivando de nuevo
sin freno la Gran Bretaña.

Con sus divertidos juegos vespertinos,
su interés diario sin ánimo de lucro,
compartiendo posturas infinitamente,
participando juntos 
de cada coincidencia nueva del destino,
desde que por vez primera 
le pusiera el nombre de España
hasta que años después
nos volvimos a encontrar, 
sin haberlo pretendido 
en el corazón de Trafalgar Squar(e).

Tanto que mientras yo decía NO!
Otros tantos me gritaban SÍ!
Hoy se que tenían razón,
pues basto solo un segundo, 
para entenderlo todo,
con sus ojos y una sonrisa,
sin necesidad de traductor.

Sin embargo, como digo
todas las lenguas son iguales.
No importa amar una u otra, 
ya que el significado es el mismo 
tanto en español como en inglés...

O QUIZÁS... , QUIZÁS NO!
Pues para eso son VIVAS,
cambiantes y racionales,
las lenguas digo, 
siempre las lenguas,
y sino finalmente
siempre quedarán más.


I.A.







domingo, 3 de noviembre de 2019

Reflexiones Nocturnas




Hace días que no siento,
meses que no escribo,
y años que no vivo.

Y el caso es que llevo pensándolo
desde hace mucho tiempo...
Pero al final siempre...
por ganas, miedos, respeto,
encuentro la excusa perfecta,
para no escribirte.

Hasta que llegó esta noche,
tumbado en la cama,
un momento, un pensamiento,
sientes esa necesidad por fin,
que disipa los miedos,
y que alumbra tus juicios
enciendes la luz del cuarto,
y lo dejas volar, y lo cuentas...

No es que nada haya cambiado,
ni que la luna me haya iluminado,
pero la poesía no entiende a razones,
ni a lo oportuno de los momentos.

Al final,
todo es cuestión de perspectiva.
Quizás por ello,
haya tomado este tiempo;
para observarlo todo,
analizar cada detalle,
nutrirme y después
compartirte.

Es curioso como hace semanas
que ya no brotan lágrimas
de mis ojos,
pero también hace días
que falto de causas,
tampoco se construye
una sonrisa verdadera
en mi cara.

Un lapso de tiempo
desierto de sentimientos,
corazón deshabitado,
fruto de una lucha solitaria.

Semanas de reflexión,
de superación,
de lucha constante
frente a retos y recuerdos,
de fortalecer mi ego
y levantar la cabeza,
teniendo motivos de orgullo,
pero falto de público.

Una lucha eterna,
la razón frente al corazón,
despegar o aterrizar,
abundancia o falta,
callar o gritar,
distancia y atención
a partes iguales.

Aun así no desespero,
pues mis sueños son claros,
al igual que firmes mis pasos,
y me faltan miedos,
para derrotar con todo
a esta turbina de emociones,
que seguro algún día,
encontrará su sonrisa.


I.A.